Pueden encontrarse huellas de las actividades atléticas en bajorrelieves egipcios que se remontan al año
Aunque unos autores datan el origen de los Juegos Olímpicos, que recibían ese nombre porque se celebraban en la ciudad de Olimpia, al noroeste del Peloponeso, en el año
Al principio la prueba del stadion era la única del programa. Más tarde se añadieron otras, como el diaulos (dos stadia), el dólico (cuya longitud oscilaba entre siete y veinticuatro stadia) y el pentatlón (que incluía la carrera del stadion, salto de longitud, disco, jabalina y lucha). Grandes honores aguardaban a los vencedores, cuyas hazañas eran cantadas en algunas ocasiones por famosos escritores y filósofos. De hecho, conocemos la mayor parte de los nombres de los antiguos campeones olímpicos gracias a las listas compiladas por celebridades como Hipias, Aristóteles y Escisión el africano.
Resulta perfectamente comprensible que no dispongamos de información fiable sobre las marcas realizadas en la antigüedad, a pesar de las conjeturas de diversos autores, especialmente con respecto a las distancias franqueadas en salto de longitud. Incluso éstas, se basaban en datos de dudosa interpretación, y eso sin contar el hecho de que los saltadores griegos utilizaban unas pesas que balanceaban hacia delante y hacia atrás para complementar la acción de brazos y piernas.
Otros acontecimientos importantes de la antigua Grecia eran los juegos píticos, los juegos nemeos y los juegos ístmicos. Los juegos píticos se celebraban en Delfos, tenían una resonancia casi equiparable a los juegos olímpicos. En ellos también se concedían grandes honores a los vencedores. Con el paso del tiempo, los galardones adquirieron tal magnitud que sus receptores se hicieron inevitablemente profesionales.
Los atletas recurrían ocasionalmente a brebajes misteriosos para mejorar su
rendimiento. Con la misma finalidad, algunos se extirpaban el bazo (al parecer,
la medicina antigua no apreciaba el verdadero valor de este órgano.).
Los premios que recibían los vencedores eran de un valor considerable en relación con el nivel económico de la época. Los incentivos eran tan grandes que el riesgo de inducir a la corrupción distaba de ser insignificante. Teniendo en cuenta estas circunstancias, no es descabellado suponer que el final de los juegos, decretado por el emperador romano Teodosio en el año 393, llegó como efecto resultante de varios factores y no como una mera consecuencia de las rivalidades religiosas y políticas.
Ahora hablaré de la tradición de los celtas: Los Lugnas Games, más tarde llamados Tailteann Games (se celebraban en Tailti, condado de Meta, hoy Teltown, al noroeste de Dublín), tuvieron su origen en fiestas locales. Según el Antiguo Libro de Leinster, escrito hacia el año
Noticias relativas a los Tailteann Games nos llegaron también a través de las antiguas sagas irlandesas, en las cuales la historia y la leyenda parecían entrelazarse estrechamente, lo cual puede afirmarse también hasta cierto punto de los relatos de los antiguos juegos griegos. En la transición de la Edad Antigua a la Edad Media se desarrollaron nuevas corrientes culturales y religiosas que contribuyeron a restar importancia a los ejercicios atléticos.
En el continente europeo el deporte sobrevivió, principal aunque no exclusivamente, en los torneos caballerescos o militares. Deportes atléticos de unas características no muy alejadas de las que dominan en nuestros días comenzaron a desarrollarse en las islas Británicas.
En el siglo XII la ciudad de Londres podía alardear de varios terrenos atléticos donde personas de diferentes clases ponían a prueba su destreza física en pruebas de carrera, salto y lanzamiento. En Escocia estos ejercicios atléticos desempeñaron un papel importante en las fiestas populares, que hasta cierto punto han perdurado hasta nuestros días, especialmente las pruebas de pesos.
El pedestrismo floreció en Gran Bretaña entre los siglos XVII y XIX. Con este nombre se agrupaban las pruebas de marcha y carrera, generalmente sobre largas distancias y en forma de desafíos entre dos o más contendientes. A comienzos del siglo XIX la revista Bell´s Life solía informar regularmente de esas competiciones, facilitando los tiempos en minutos y segundos.
El atletismo tal como hoy lo conocemos tuvo su cuna en las islas Británicas. De una forma u otra, competiciones merecedoras de tal nombre se celebran en el Reino Unido y en otras partes del mundo de habla inglesa desde mediados del siglo XIX. El mayor mérito de haber sentado las bases de este deporte debe atribuirse a las escuelas secundarias y universidades inglesas.
Marielys Sánchez a su llegada a la meta |
No hay comentarios:
Publicar un comentario